Tengo 21 años y soy creadora de velas artesanales. Al principio era solo una forma de entretenimiento, pero pronto me di cuenta de que podía fusionar mi amor por el arte, la naturaleza y lo sostenible en algo único.Trabajo con cera de soja, cera de abeja y aceites esenciales puros, porque me importa que cada vela no solo sea bonita, sino también respetuosa con el medio ambiente. Me encanta elegir colores, fragancias y formas que transmitan sensaciones o cuenten una historia, y disfruto mucho ver cómo mis ideas se convierten en algo tangible.Aunque al principio fue complicado, he aprendido muchísimo a base de prueba y error, y ahora me siento muy conectada con el proceso de creación, desde la mezcla de la cera hasta el toque final. Mi espacio de trabajo es mi lugar de inspiración: aquí me siento libre para experimentar y dejar volar mi creatividad.En pandemia decidí emprender vendiendo, primero a amigos y familia, y ahora a través de redes sociales y mercados locales. Me encanta compartir lo que hago, mostrar el proceso detrás de cada vela y conectar con las personas que aprecian el trabajo artesanal. También me gusta mucho ofrecer velas personalizadas, porque sé lo especial que puede ser regalar algo hecho a mano.Siempre estoy buscando nuevas ideas y me inspiro mucho en la naturaleza, la música y el arte. Mi objetivo es seguir creciendo, aprender más y, sobre todo, disfrutar cada paso del camino. ¡Es increíble ver cómo algo que comencé por diversión se ha convertido en una pequeña marca que me llena de orgullo!